La decisión del Gobierno italiano de reasignar 4.600 millones de euros inicialmente destinados a la industria automotriz hacia el sector de Defensa ha intensificado las tensiones entre Stellantis y el país. Esta decisión afecta directamente a marcas icónicas como Fiat, Alfa Romeo y Maserati, que enfrentan dificultades de ventas, especialmente en el mercado de coches eléctricos .
Además, la medida del Gobierno italiano disuade a marcas chinas que contemplaban establecer plantas en Italia para evitar aranceles europeos, y que ahora enfrentan presiones del propio Gobierno chino para frenar su expansión en Europa. La situación tensa aún más las relaciones comerciales entre China y la UE, pues Pekín ha pedido a sus fabricantes de coches eléctricos detener nuevas inversiones mientras se negocian los aranceles. Esto ha llevado a que marcas como Dongfeng suspendan sus planes en Italia y Changan cancele un evento en Milán, lo cual dibuja un futuro incierto para la industria automotriz italiana, que ya ve en peligro su competitividad y capacidad de atracción de inversiones.
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