Solemos pensar que el autocuidado son grandes gestos: tomar unas vacaciones ,hacer una gran inversión en nosotros mismos, cambiar de rumbo en la vida. Pero a veces el verdadero cambio está en lo pequeño, en esos detalles cotidianos que a menudo damos por sentados .
La sanación no siempre llega en grandes pasos.
Muchas veces, son esos momentos simples y genuinos los que crean el espacio para el cambio: tomarte el tiempo para respirar antes de responder, darte permiso para decir “no” sin remordimientos, o incluso recordarte que no necesitas tener todas las respuestas hoy.
Cuando nos mostramos amor en los momentos ordinarios, es cuando empezamos a notar la transformación. Sanarse es un proceso diario y cada pequeño acto cuenta. Es una forma de decirte: “me importo y estoy aquí para mí, incluso en los días difíciles”
Si estás en este camino de sanación, recuerda: cada acto de amor propio hacia ti mismo suma. En lo pequeño también estás cultivando un amor profundo y duradero hacia ti