El entusiasmo desbordante que millones de personas de todo el mundo tienen por el fútbol, actúa, sin duda alguna como una fuerza unificadora que conecta a personas de todo el planeta. Esta pasión está por encima de los resultados de los partidos, creando una atmósfera vibrante en los estadios donde los aficionados se unen para apoyar a sus equipos.
Se podría considerar que el efecto del fútbol en las personas se relaciona intrínsecamente con la experiencia del juego:
Vivir cada jugada: Los aficionados experimentan cada momento del partido, sintiendo la emoción y celebrando los goles.
Apreciar la belleza del juego: El fútbol es presentado es algo parecido si se deja volar un poco la imaginación, a una sinfonía de talento, donde cada pase cada movimiento contribuyen a un espectáculo totalmente cautivador.
Conexión emocional: La pasión futbolística despierta intensas emociones (en ocasiones demasiado, que no hacen ningún bien a este deporte) desde la euforia por la victoria hasta la incertidumbre del resultado, creando momentos inolvidables.
En resumen, el delirio generado por el fútbol se transforma en una experiencia integral que va más allá del simple hecho de ver un partido .Se trata de sumergirse en algo en verdad emocionante, con su parte de belleza (a veces con una valoración exagerada para los que tienen un concepto demasiado fantasioso del fútbol) y el espíritu unificador del juego (bien entendido).
Paco Arias. Entrenador Nacional