Te amé más que mi propia vida, te amé más que la luna al sol, te amé más que Dios a sus hijos .
Y nunca volveré amar a nadie así.
Eras solo tú, y tú eras todo aquello que yo deseaba. Eras todo lo que una mujer podía desear, o eso aparentabas ser. Sin remedio, quede atrapada en aquello que llaman amor. Totalmente encantada y hechizada por cada uno de tus poros de la piel, por cada sonrisa que soltabas, por cada brillo de tus ojos quede prendada.
Sí señores, estaba totalmente enamorada de ese chico que parecía representar la perfección divina.
Pero también tengo que decir, que hablo en pasado, porque ya no es así, ¿o aún sigue colada por él? Ya no lo sé, porque mi cuerpo solo está lleno de dolor, lleno de agonía por su ausencia, por su marcha y por su vacío que dejó en mí.
No quiero estar enamorada de él. No quiero echarlo de menos. No quiero sufrir por él. No.