La historia que nos unió

Se conocieron en un día ordinario, sin planos ni expectativas, cuando menos lo esperaban y en el lugar menos pensado. Él la observaba sin saber que su vida estaba a punto de dar un giro y ella sin darse cuenta sintió como todo se acomodaba en el momento en que sus miradas se cruzaron .

Era como si el mundo entero se silenciara para que ambos pudieran escuchar algo solo perceptible entre ellos.

No hubo fuegos artificiales ni promesas, solo una calma compartida, como si cada uno supiera que había encontrado a alguien que finalmente entendía los silencios, las dudas y los sueños que no siempre se pueden compartir. Con el tiempo, se hicieron compañía en los días soleados y en las noches más largas. Aprendí que amar era estar allí a veces en silencio y otras con palabras que parecían solo comprensibles para ellos.

Y aunque el tiempo avanzaba para ellos el amor no era una cuestión de días o años. Era ese instante eterno que ambos habían encontrado, donde sus almas descansaban, donde el tiempo se detenía y donde sin importar que sucediera después, siempre tendrían ese pequeño universo de calma y complicidad que construyeron juntos.

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Etiquetas más populares