“Habitualmente se entiende el silencio como dejar de decir palabras o hacer sonidos, pero ciertamente podemos decir que el silencio no es simplemente callarse, sino más bien una disposición interna a escuchar. El silencio entonces no es ausencia, sino lo contrario: para quien se silencia es un acto de presencia .
Es disponerse a recibir lo que está presente, a escuchar de manera figurativa y, a veces, también literal aquello que puede ser escuchado ahora”, define al silencio Santiago Nader, director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Mindfulness y Salud.
Como explica Nader, el silencio tiene un aspecto intencional: uno decide entrar en el silencio, es decir, abrir los sentidos, que no solo incluye los 5 sentidos habituales, sino también el sentido de la mente donde todo se recibe y sucede. El otro aspecto del silencio es disposicional: para realmente poder escuchar debemos posicionarnos en una perspectiva de curiosidad e interés. El silencio entonces es un medio para poder ver más claramente aquello que está presente en nosotros y en los demás.