Una forma de ejercer como entrenador
28 Oct, 2024
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Existe un modelo de entrenador que prioriza liderar con el ejemplo, especialmente cuando se trabaja con jóvenes. Este forma de ejercer la labor de técnico de fútbol tiene varias ventajas:

Inspira respeto: Cuando los jugadores ven que su entrenador está en forma, practica deporte y se esfuerza, le respetan más .
Esto no solo se debe a su condición física, sino a la congruencia entre sus palabras y sus acciones.

Mayor efectividad: El principio psicológico de "haz lo que yo hago" es más efectivo que el de "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago". Los jóvenes tienden a imitar a sus entrenadores, por lo que un entrenador que demuestra hábitos saludables tendrá un impacto positivo en sus jugadores.

Mejor enseñanza: Un entrenador en forma puede participar activamente en los entrenamientos, demostrando ejercicios y corriendo con sus jugadores. Esto es especialmente importante en equipos de base donde los recursos son limitados.

Sin embargo, este modelo también presenta algunas posibles desventajas que el buen entrenador sabrá solventar a medida que vaya adquiriendo experiencia durante su actividad en los banquillos dirigiendo equipos de diversas categorías.

Algunos aspectos negativos pueden ser:

Presión adicional: Se espera que el entrenador mantenga un alto nivel de condición física, lo que puede ser un desafío para algunos, especialmente si tienen limitaciones físicas o de tiempo.

Énfasis en la apariencia: Existe el riesgo de que se juzgue al entrenador principalmente por su apariencia física, en lugar de sus conocimientos y habilidades como técnico.

Generalización: Lo dicho hasta el momento en este artículo y otros similares, no quiere decir que todos los entrenadores jóvenes deben estar en perfecta forma física. Si bien es un buen consejo general, hay excepciones, como entrenadores con condiciones médicas que limitan su capacidad física y otras circunstancias perfectamente entendibles.

Es importante recordar que el buen nivel físico, es solo una parte de ser un buen entrenador. Lo principal sin duda alguna son sus conocimientos y su capacidad de llevarlos a la práctica. Su formación en diversos apartados tácticos, técnicos, físicos y psicológicos, y por supuesto, y entre otras muchas cualidades  sus habilidades de comunicación, sus argumentos competitivos para motivar a sus jugadores y sobre todo su capacidad de liderazgo.

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