90 minutos y 1000 teorías.
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El fútbol es un deporte que genera incontables observaciones, análisis y teorías sobre cada alineación, jugada, táctica, estrategia, sustitución de un jugador o resultado. Al final de los noventa minutos, el marcador puede no coincidir (de hecho, suele ser lo más habitual) con los pronósticos previos, dejando claro que el fútbol es impredecible. Esta incertidumbre hace que millones de aficionados y fanáticos en todo el mundo lo sigan con pasión y expectativa, conscientes de que en cada partido puede suceder lo inesperado.
A pesar de los sistema de juego empleados y los análisis minuciosos, los resultados suelen desafiar cualquier predicción. Aquí radica la emoción pura que ofrece el fútbol, en la que la certeza se desvanece y la sorpresa es el único resultado seguro. Aun así, expertos y observadores desarrollan teorías sobre el rendimiento y el comportamiento de los equipos que se plasman en papeles o pizarras tácticas, aunque muchas veces, en la práctica, estas teorías se diluyen como un terrón de azúcar en el café.
La realidad del fútbol es simple y emocionante: los partidos duran noventa minutos, el balón es redondo y juegan once contra once. Lo demás son teorías de todo tipo, unas reales y demostrables sobre el terreno de juego y otras irreales y disparatadas, más propias de visionarios, forofos y desconocedores del fútbol como juego.
Paco Arias. Entrenador Nacional
