La mentalidad ganadora y la actitud competitiva son fundamentales para cualquier futbolista que aspire a destacar en el deporte. Lo dicho anteriormente no quiere decir que nunca se realicen jugadas de forma individual .Eso también se debe intentar sin miedo, con confianza y con seguridad, sobre todo si el futbolista tiene unas condiciones técnicas que se lo permitan, pero siempre buscando el beneficio del equipo y no el lucimiento personal. Es crucial saber en todo momento cuáles son las situaciones apropiadas para realizar las jugadas durante el desarrollo de un partido.
Hay que procurar orientarse bien en el campo durante los partidos, sabiendo la posición que se ocupa y la que ocupan tanto los compañeros como los contrarios. Tener una visión correcta del terreno de juego es esencial, y recordar siempre que no solo se interviene en el partido cuando uno tiene el balón; también se ha de jugar cuando no se tiene, que es lo más difícil. Siempre hay que levantar la cabeza, ya que cualquiera que pretenda ser un buen futbolista no puede jugar de forma permanente mirando solo para el balón.
Los partidos duran hasta que el árbitro pite el final; así pues, hay que mantenerse atento en todo momento. No relajarse ni estar excesivamente confiado cuando nuestro equipo vaya ganando, sobre todo si es por una corta ventaja, ya que en cualquier momento el contrario puede marcar un gol. La determinación y la perseverancia son claves para mantener la competitividad.
Es fundamental emplearse siempre a fondo en los partidos. No rendirse nunca, ni desmoralizarse si algo sale mal. Hay que mostrarse siempre combativo, y además hay que procurar animar y ayudar a los compañeros, evitando reñir con ellos. Saber atacar y saber defender cuando el desarrollo del juego lo requiera y mantener siempre una mentalidad positiva durante todo el encuentro. Los entrenadores siempre valorarán enormemente esas actitudes.
Además, hay que procurar en todo momento jugar limpio, pero tener cuidado con aquellos contrarios que no lo hagan. El riesgo de que uno se lesione es mayor, y hay que prestar mucha atención para no caer nunca en la trampa de entrar en el juego sucio que pueda emplear un rival, cometiendo el error de responder de la misma forma.