A veces la vida te pone frente a situaciones que nunca viste venir. O quizás sí, pero nadie está preparado para lo que va a sentir cuando las cosas efectivamente pasen .A veces piensas que es el fin del mundo, que no vas a salir más adelante. Hablo de esos días en los que tu cielo se nubla, y nada pero nada, te hace pensar que el clima va a estar mejor.
A veces te limitas a una línea de pensamiento: “No puedo”, “No valgo”, “No sé”. Son esos días en los que todos parecen ser mejor que tú. Esos momentos en los que cualquiera parece estar mejor que tú. A veces crees que nadie te ayuda, y en realidad, y aunque no lo veas, eres tú la que no quiere ser ayudada. Decidiste estar bien estando mal. Te dejaste ganar por tu inseguridad y por los miedos que tú misma te creaste. Porque aunque parezca mentira, a veces nos da miedo estar bien.
¿Miedo de estar bien? ¿Cómo alguien puede tener miedo de estar bien? ¿Cómo una misma puede ser artífice de su propia infelicidad? Cuando te dices que tú eres menos que los demás. Cuando te gritas que tú no puedes salir de una situación complicada en la que te ves metida. Cuando te repites una y otra vez en tu cabeza que la suerte es algo que le pasa al resto. Cuando crees que mereces estar mal, y que no hay forma de cambiar tu realidad. Cuando piensas que el dolor va a ser eterno. En ese momento, te dejaste ganar. Te dejaste ganar por tus propios pensamientos.
Así que si hoy lees esto y sientes que te dejaste ganar, anda, mírate al espejo, y pídete perdón. Pídete perdón por haber sido tu única enemiga. Pídete perdón por haber sido capaz de pensar que la felicidad no era para ti. Pídete perdón por las barreras que le pusiste a la gente que te quería. Pídete perdón por no haber confiado en ti.
Y te juro que el día en que te perdones, te vas a agradecer para siempre. Porque el día en que te mires a los ojos y te arrepientas de corazón por el maltrato que ti misma te hiciste todo este tiempo, ese día vas a entender que todo el tiempo pudiste con todo. Solo que te habías repetido tantas veces que no, que lo habías convertido en tu realidad.