- Capítulo 10 -
Hace unas fechas estaba leyendo en un periódico, unas declaraciones efectuadas por el estupendo director cinematográfico (al menos, para mi gusto personal) Oliver Stone, y quiero que este texto, sirva para decir que me siento totalmente identificado con lo que dice, porque a mí, al igual que a él, hay determinados aspectos de esta sociedad que me producen como mínimo, ganas de vomitar.
Decía Mr.Stone, que le repugnaba adónde habían llevado a su país, las inmobiliarias y los bancos, entre otros poderosos colectivos, que dominan la sociedad moderna, y esto podemos hacerlo extensivo no solo a EE. UU., también al resto del mundo, irremisiblemente influenciado por el país del dólar.
Por lo que se puede comprobar, los norteamericanos lo mismo exportan avances de todo tipo con tecnología de última generación, que mandan basura (utilizando una denominación bastante benévola) para espolvorearla por todo el universo .Son el país más poderoso de la tierra (con permiso de los chinos), y el resto de la comunidad internacional a tragar, no queda más remedio que inclinarse ante el más fuerte, aunque siempre hay honrosas excepciones, que todavía mantienen intactos, tanto dignidad como orgullo, aunque, más que nada son posturas meramente testimoniales, ya que el pez grande es tan enorme (tamaño Ballena) y el pez chico es tan pequeño (tamaño Sardina), que el combate está siempre perdido de antemano para el segundo.
Continuando con el creador de Salvador, El cielo y la tierra, Platoon, Nixon, Wall Street y otras excelentes películas, en las que el autor siempre se muestra crítico contra el sistema, y que siempre destaca por ser en todo momento un personaje políticamente incorrecto, incluye también en sus manifestaciones, que le daba asco ver el camino que había tomado su país, por culpa principalmente de las entidades bancarias, las compañías de seguros y los poderosos bufetes de abogados. Casualmente, los colectivos antes mencionados, siempre suelen estar en el ojo del huracán en
casi todos los países. Suponemos, que como en toda colectividad, existirán las honrosas excepciones.
Para finalizar, queremos realizar una aportación personal, a la lista de Oliver Stone, y por eso, añadiremos también a los políticos, a esa clase dirigente de nuestro suelo patrio, que en vista del mal ejemplo que frecuentemente dan a la ciudadanía, en forma de corrupción, desvío de fondos, prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, fraude, malversación de caudales, falsedad documental, blanqueo de dinero, delito electoral, nefasta gestión y continuas promesas incumplidas, hacen que la repugnancia sea total.
Por supuesto, que de lo dicho anteriormente, excluimos a los honrados, que afortunadamente todavía existen, pero al igual que algunas especies animales, se encuentran desgraciadamente, en peligro de extinción.
Aunque habría que indicar, que solo con la honradez, no es suficiente, ya que si su pareja de baile, es la ineptitud, el dúo no nos vale para nada.
Continuará…
Fran Laviada