Laurene Powell Jobs, viuda de Steve Jobs, ha dedicado su vida tras la muerte de su esposo a la filantropía, con la intención de gastar toda la fortuna que heredó, tal como habría deseado Steve. A diferencia de otras figuras millonarias, Laurene ha decidido no unirse al club filantrópico The Giving Pledge y ha preferido dirigir sus propios proyectos benéficos, enfocándose en la educación y la lucha contra el cambio climático .
Su fortuna actual, aunque mermada por sus donaciones, sigue siendo considerable, permitiéndole apoyar iniciativas como Emerson Collective, dedicada a la igualdad educativa, y Waverley Street Foundation, orientada a proteger a los más vulnerables al cambio climático.
A pesar de su enfoque en la filantropía, Laurene y sus hijos disfrutan discretamente de su fortuna, como lo demuestra su uso del yate diseñado por Steve Jobs. Sus hijos, por su parte, han forjado sus propias carreras, manteniéndose alejados de la fama mediática y construyendo vidas profesionales exitosas en campos como la oncología, la arquitectura y el modelaje. Laurene sigue comprometida con su misión de utilizar su riqueza para mejorar la vida de las personas y reducir el impacto del cambio climático, honrando el legado de su esposo a través de sus acciones.