La inteligencia artificial generativa consume 10 veces más energía que los algoritmos tradicionales, llevando a gigantes tecnológicos como Google y Microsoft a reportar un consumo energético de 24 TWh cada una en 2023. Este nivel de consumo supera al de aproximadamente 100 países, situándolas entre Libia y Azerbaiyán en términos de demanda eléctrica .
En defensa de este alto consumo, se argumenta que los ingresos de estas compañías, 307.000 millones de dólares para Google y 211.000 millones de dólares para Microsoft, superan los PIB de muchas naciones. Bill Gates sostiene que el incremento en el consumo energético es positivo, ya que incentivará la inversión en energías renovables. Sin embargo, la realidad es más compleja. Las emisiones de carbono de Microsoft han aumentado un 31% desde 2020, mientras que las de Google han subido un 48% en los últimos cinco años. Además, las empresas enfrentan desafíos en sus objetivos de cero emisiones netas y en la reducción del consumo de agua, afectando sus compromisos medioambientales. Google ha desarrollado un plan llamado las cuatro M para abordar estos desafíos, que incluye mejorar la eficiencia del hardware y los modelos de aprendizaje automático, así como ubicar centros de datos en áreas con abundante energía renovable y agua para la refrigeración.
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