El trío (Triple E)
13 Jun, 2024
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Estefanía le puso los cuernos a su novio Esteban, con Eduardo, el mejor amigo de Esteban, pero este a su vez se lo hacía también con Eduardo, algo que Estefanía desconocía (ni, por lo más remoto, se lo podía imaginar). Sin embargo, todo acabó saliendo a la luz, ya que en estos asuntos del folleteo, siempre se dejan pistas, aunque se tomen todas las precauciones para que el desmadre de los alterados instintos del placer humano se mantengan en secreto.


Cuando Estefanía se enteró del lío, no supo cómo reaccionar .

En un primer momento de rabia incontrolada, se sintió ofendida, después, cuando dejó que el tiempo diera paso a la calma y a la reflexión, analizó la situación con frialdad y se dio cuenta de que en realidad su novio, le había pagado con la misma moneda y en consecuencia lógica, nada había que objetar. 


Dando un paso adelante en su pensamiento para hacerlo más práctico y adaptarse mejor a los hechos y poder sacar el mayor provecho posible de la situación, Estefanía se puso muy contenta, ya que por fin y sin proponérselo, las circunstancias habían jugado a su favor, e iba a poder cumplir su fantasía más deseada y esta no era otra que hacer un trío. 


Al final, los tres acabaron metidos en la cama, juntos y bien revueltos, Estefanía, Eduardo y Esteban, un triplete que funcionaba a la perfección, tan bien acoplados como la delantera del mejor equipo de fútbol y jugando al toque y más toque, poniendo en práctica un creativo TTS (Tiki-Taka Sexual), que debajo de las sábanas daba rienda suelta a todo un lujurioso espectáculo de acoplamiento perfecto (¡eso sí que era, un verdadero trabajo en equipo!), dando rienda suelta a la más creativa imaginación para alcanzar la mayor perfección táctico-amorosa posible, que solo se consigue con la práctica continua, es decir entrenar, entrenar y entrenar. Ya se sabe, que la vida es ensayo y error, y ellos ahí siguen, dale que te pego.


Y así continuó la frenética actividad del trío, horas y horas con sus sencillos y satisfactorios planteamientos, hasta que el ejercicio conjunto se paró, pero no fue por haberse quedado sin argumentos, ni tampoco por falta de energía (los tres eran jóvenes y de eso andaban más que sobrados). Es que se hizo de noche y había que ir ya para casa, cada uno para la suya, de no ser así, el asunto hubiera seguido y seguido...


Fran Laviada

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