Mi mujer y yo llevamos treinta y tres años casados y nuestro matrimonio funciona a las mil maravillas. Jamás hemos discutido, ni tan siquiera por una simple tontería .Nos sentimos plenamente satisfechos y la felicidad más absoluta reina en nuestro hogar. Y a pesar de que nuestros orígenes y tradiciones son completamente diferentes, eso no ha supuesto ningún obstáculo para que un perfecto entendimiento reine siempre en nuestra relación.
Ella es china y no habla nada de español. Yo soy andaluz y no entiendo ni un pimiento de chino, y además ninguno de los dos, tenemos ningún interés en aprender el idioma del otro, porque ambos estamos convencidos de que el silencio une más que las palabras, cuando hay personas como en nuestro caso, que no necesitan abrir la boca para entenderse.
Fran Laviada