La convivencia de muchos años con mi pareja me ha hecho vivir en la ignorancia. La fuerza de la costumbre hace que cada día se repita de forma agotadora, hoy es igual que ayer y será idéntico a mañana y ese desgaste hace que la relación se haya ido poco a poco erosionando, de tal forma, que lo que antes era una gran roca, ahora se ha quedado en una pequeña piedra, que irremediablemente se acabará convirtiendo en un insignificante guijarro.
Ya casi ni me acuerdo cuando, al principio de nuestra convivencia, manteníamos una relación fluida, satisfactoria y placentera en todos los sentidos .Hoy, después de tantos años, me he vuelto un ignorante de la felicidad y a mi mujer le sucede lo mismo.
Es lo que hay.
Fran Laviada