El hombre obeso se despertó bastante alterado y completamente bañado en sudor por la terrible pesadilla que había tenido.
Se vio en el infierno, algo sin duda terrible para cualquier ser humano, pero no fue el fuego abrasador del lugar lo que acojonó al gordo individuo. Lo peor del aterrador sueño fue verse para toda la eternidad, condenado a una hipocalórica dieta a base de:
Arroz blanco con pavo y champiñones.
Ensalada "Cuatro Estaciones" con tomate y cebolla.
Yogur natural desnatado.
Y una tacita de sano quema grasas en forma de roja infusión de digestivo.
Té Rojo.
Fran Laviada