Suicidio literario
Era una gran escritora de novelas de terror, escribía tan bien y sus historias producían tanto miedo, que murió del susto mientras corregía el texto.
Tradiciones injustas
El Hombre Lobo, se quejó amargamente de que, sin tener ninguna prueba, lo acusaran de pegarle un mordisco a Caperucita.
¡Tan solo fue un baile!
Transparencia corporal
Era invisible y se dedicó a lo que mejor sabía hacer, es decir, a robar y nunca hubo testigos que lo acusaran, por eso jamás puso un pie en la cárcel.
Fran Laviada