¡Silencio se rueda!
Dijo el director de la película, aunque nadie le hizo ni puñetero caso, ni tan siquiera los extras. Tampoco yo se lo habría hecho, pero el problema es que el director también era yo y desde aquel día decidí tomarme un tiempo de reflexión y al final, tomé la drástica decisión de dejar de rodar películas para siempre y la verdad es que fue un auténtico acierto, ya que ahora me dedico con éxito al mundo de la fotografía que es mucho menos estresante .
¡Ni comparación, además, la gran mayoría de los actores tenían el ego tan subido, que eran insoportables!
Fran Laviada