El Pelele, esa persona sin voluntad que se deja manejar por los demás.
Podía haber sido un simple juguete para niños.
Desde un muñeco divertido.
O un ingenioso payaso.
También un ágil saltimbanqui.
Incluso el contorsionista de las mil posturas.
O un simple osito de trapo.
Pero eligió el camino equivocado, el día en que dejó su vida en otras manos y se convirtió en un patético pelele.
"Al final, un servil manejado por los hilos de su amo".
Fran Laviada