¿Y qué hace un tipo como tú, en un sitio como este?
¡Eso mismo me pregunto yo!
Le respondí resignado a mi carcelero.
Por suerte, todo fue un mal sueño.
No estaba preso .Vivía completamente libre.
¡Menos mal!
Respiré tranquilo.
Aunque alguien volvió a repetir la pregunta.
Era mi alma errante, perdida en la Tierra, y esta vez quedé mudo, ya que no supe qué contestar.
Fran Laviada