Llegué a casa justo a tiempo para evitar que ella se fuera. Tenía la maleta en la mano y la puerta ya estaba abierta .Le pregunté angustiado el motivo de su marcha, me respondió de forma contundente que yo no tenía ni idea de lo que era el amor y que la decisión estaba tomada. Cualquier empeño por mi parte para convencerla parecía inútil, no obstante, lo intenté. Tenía que pensar rápido y actuar a toda velocidad. Le pedí tan solo unos minutos y que me escuchase con atención. Esto fue lo que le dije:
¡Amor es querer ser escultor para darle forma a la piedra con la silueta de tu cuerpo, amor es querer ser reloj para apoderarme de todo tu tiempo, amor es querer ser flecha para atravesar tu corazón, amor es querer ser astronauta para subir a la Luna, robarla, y ofrecértela como el más preciado de los regalos, amor es querer tener la sabiduría necesaria para poder interpretar siempre la luz de tu mirada, amor es querer ser poeta para saber escribirte versos de sublime melodía, amor es querer...!
De repente la puerta se cerró y la maleta seguía dentro del apartamento.
¡Bendita inspiración!
Fran Laviada