Todos los días procuro salir a correr una hora como mínimo y muy fastidiado tengo que estar para que no sea así. Lo mismo me da que nieve o que el sol abrase, incluso una invasión extraterrestre tampoco me lo impediría y he de reconocer que me he convertido en una auténtica máquina de zampar kilómetros, pero prefiero hacer eso y evitar que sea la vida la que me devore a mí .Aunque soy consciente de que, temprano o tarde, y espero que sea esto último, lo acabará consiguiendo, aunque solo sea por el desgaste de tanto rozamiento contra el asfalto.
Fran Laviada