El valor de uno mismo
Lo que uno vale lo determina uno mismo. No eres tú el que tienes que demostrarlo a los demás, son ellos los que tienen que valorarlo si quieren .
La peligrosa “zona de confort”
Vivir en la pasividad excesiva, que ofrece de manera traicionera, esa peligrosa “zona de confort”, hace que muchas veces la negatividad disfrazada de lo que no es, se vaya poco a poco apoderando de nuestra vida, sin que hagamos nada por evitarlo, resignados a nuestro infortunio (el que quiera, que lo llame mala suerte, si eso le sirve de consuelo), con la docilidad de un disciplinado perrito faldero, hasta que el desastre hace acto de presencia en nuestro espacio vital, con la fuerza destructora de un huracán, cuando ya es demasiado tarde para ponerse a salvo.
Fran Laviada