(Asuka - Baño)
La derecha empezó a sentir el latido que anunciaba el orgasmo y aceleró sus movimientos. La izquierda se preparó para dar vuelta la hoja en el momento exacto .
El orgasmo, esa fracción de segundo que justificaba sus días, no fue liberador. Sólo un temblor de placer, unas miserables cosquillas en la punta del glande; sensaciones muy distintas de ese oleaje que lo hacía vibrar.Sin el placer, llegó la revelación: sólo era un hombre de 30 años, desnudo, sentado en el inodoro, con una revista rota.Asuka estaba destrozada en todos los mundos. Y en todos ellos el culpable era él.Las lágrimas empezaron a caer y quiso tomarse el rostro con ambas manos, pero la izquierda seguía aferrada a la revista, pesada como un mundo de pulpa.La derecha, devota a su amo hasta el final, acudió presta en su auxilio, pero solo sirvió para unirse a su cara con una telaraña de semen.
Grito.
Llanto.
Llanto.Llanto.
¿Llanto?
¿Risa?...
Fin.