!!La infidelidad es una costumbre en la vida de una mujer¡¡✨ 
15 Mar, 2024
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Todo estaba en silencio absoluto y los únicos ruidos que se oían eran los sonidos propios de las prácticas sexuales que hacían junto a los guturales de la hembra que estaba siendo follada por el joven mientras le practicaba una felación a su esposo.


 


–¡Cambiemos! Querida quiero follarte por delante y que el chico te lo haga a la vez por detrás, ¿te ves capaz cariño? –dijo el Sr. Moon.


 


–¡Querido, eso que me propones suena muy atrevido, no sé si podré con dos pollas a la vez, pero lo intentaré!


 


El Sr .

Moon se tumbó en el suelo de la cocina y la Sra. Moon se puso a horcajadas sobre la dura estaca del Sr. Moon, clavándosela hasta las bolas.


 


–¡Ay, hacía tanto tiempo que no me follaban el coño que había olvidado lo rico que es! Ahora es tu turno Markus, clávamela tú también.


 


La Sra. Moon se echó hacia adelante ofreciendo sus pechos desnudos al Sr. Moon quien comenzó a chuparlos antes de que Markus se colocase a horcajadas sobre su culo y presionando su ojal le introdujera su dura polla.


 


Al sentirse abierta por ambos orificios la Sra. Moon tuvo que controlarse para no correrse en ese preciso momento. Sentía más ajustado su coño al ser penetrada por el culo y éste estaba más cerrado que de costumbre mientras ambos hombres intentaban moverse para copular con la hembra que estaba siendo el salchichón del bocadillo.


 


Los sonidos del amor emitidos por la Sra. Moon inundaban toda la estancia, mientras los rayos de Sol se proyectaban por el suelo haciendo visibles billones de partículas de polvo del ambiente.


 


–¡Oh, me corro! –dijo el chico sin poder aguantar más.


 


El joven Markus culeó dentro de la Sra. Moon soltándole su leche en su interior mientras el Sr. Moon seguía dándole por debajo a la Sra. Moon y gozando de sus tetas en la cara.


 


La Sra. Moon por su parte al sentirse liberada por el chico tuvo más libertad de movimiento por lo que pudo machacar los huevos con su coño al Sr. Moon y la follada se prolongó ante la antónimo mirada del chico allí presente como mero espectador de la tórrida escena.


 


Finalmente Josephine tembló y cayó derrumbada sobre el cuerpo del Sr. Moon entre estertores de puro placer mientras este no paraba de follarla desde abajo aferrándose a sus anchas caderas.


 


Entonces el Sr. Moon sacó su estaca y masturbándose él mismo se corrió en el culo de la Sra. Moon derramando su esperma por entre sus cachetes mojando su ano y su sexo con un cálido y placentero final.


 


–¡Ay, qué buen polvo queridos! ¡Probablemente este haya sido el mejor orgasmo que he disfrutado en mi vida! –les confesó la Sra. Moon descabalgando al Sr. Moon.


 


El chico no sabía qué hacer así que se había vestido y viendo la Sra. Moon su incomodidad decidió acompañarlo a la salida.


 


–¡Gracias Markus por traerme las verduras! –dijo la Sra. Moon acompañándolo a la salida.


 


Una vez solos en el porche, la Sra. Moon le estampó un beso en los labios con lengua, que hizo las delicias del joven.


 


–¿Te espero la próxima semana?¿Vale?


 


–¿Pero estaremos solos? –dijo el chico un tanto cortado.


 


–¡Esta vez sí, te lo prometo! –dijo la Sra. Moon para despedirlo.


 


El chico se marchó y dejó a una desnuda y gloriosa Sra. Moon en el porche de su casa, menos mal que no vivían en el pueblo y tal clase de exhibicionismo se lo podían permitir.


 


Al volver a la cocina el Sr. Moon ya se había levantado del suelo y la Sra. Moon se acercó a abrazarlo.


 


–¿Qué tal querido, cómo ha sido la experiencia?


 


–¡Ha estado bien querida! Creo que hemos cumplido sobradamente contigo, ¿no?


 


–Sí no ha estado mal –dijo la Sra. Moon sonriente–. ¿Tengo una idea? ¿Nos vamos al lago a bañarnos desnudos?


 


–Buena idea, ensillo el caballo y te llevaré conmigo.


 


–¡Genial querido!


 


La veterana pareja cabalgó hacia el lago donde se bañaron desnudos como cuando eran más jóvenes, atrevidos y traviesos y a la orilla del lago volvieron a enzarzarse en nuevos juegos sexuales, practicando el sesenta y nueve hasta que el Sr. Moon se puso a tono y este volvió a follarla de nuevo a cuatro patas en la orilla de aquel idílico paisaje.

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