Hay personas que al principio, cuando son todavía jóvenes, se quieren comer el mundo y lo devoran con insaciable apetito, pero al final, y después de tantos años tragando, acaban muriendo empachados.
Hay personas que, de forma equivocada, se plantean sus relaciones amorosas haciendo especial insistencia en que su pareja les considere más necesarios que queridos.
Hay que buscar continuamente el verdadero camino de la vida, aunque muchas veces nos equivocamos de dirección e iniciamos recorridos que no nos llevan a ninguna parte, y lo peor es que seguimos insistiendo en transitar por ellos.
Hay que darse cuenta de que, a lo largo de nuestra vida, y ante situaciones complicadas, nos paraliza más el miedo a que nos pueda ocurrir algo malo, que el resultado dañino de lo que suceda.
Fran Laviada