Durante mucho tiempo la policía tuvo al mafioso Jimmy El rebanador Corbucci en su punto de mira. Era el enemigo público número uno y se ofreció una considerable recompensa a cualquiera que pudiera dar alguna pista sobre dónde se escondía, aunque nadie se atrevió nunca a decir nada .Porque de sobra es sabido que en boca cerrada no entran moscas, y Jimmy era sin duda un bellaco con una habilidad especial para rebanar cuellos, como si fueran pan de molde (de ahí su apodo).
Era, sin duda, un delincuente de la peor calaña y muy peligroso, tanto como idiota. y cuando por fin lo pillaron con las manos en la masa (al final, quien lo delató fue su propia estupidez), lo pusieron a buen recaudo tras las rejas y dejó de ser un problema para la sociedad, pero continuó siendo idiota. Y ahí sigue varios años después, detrás de los barrotes, ejerciendo como tal (es decir, dejando muestras diarias de su permanente memez). Y aunque todo el mundo en la prisión sabe que es tonto del culo, siempre lo tratan con el máximo respeto, no vaya a ser que un día le dé por hacer rebanadas con los cuellos de todos los presos en un multitudinario y sangriento desayuno.
Fran Laviada
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