Ella tan solo tenía un deseo, y esperaba cumplirlo todos los días.
Quiero soñar siempre con sueños de verdad, aunque sean alocados.
Muchas veces la fantasía se hace realidad, pero nunca quiero soñar con sueños de cartón-piedra, camuflados detrás de una careta con falsa sonrisa (tan falsa, que está dibujada, por eso es permanente, y por eso engaña), de esos que me castigan con el látigo de la decepción, y que acaban siendo sueños rotos, que al final se transforman en más negatividad para guardar en el baúl (que además está ya, casi lleno) de las cosas inservibles .
Tampoco quiero sueños de hielo, que se derriten siempre al calor de la realidad, ni sueños de fantasmas, porque no me fío de lo que hay debajo de algunas sábanas.
Y mucho menos, quiero sueños excesivamente dulces, de esos que, cuando me despierto, me dejan sabor empalagoso.
¡Quiero sueños, muchos sueños,siempre auténticos, hoy, mañana, y siempre!
Fran Laviada
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