Necesito respuestas (a veces creo que muchas, o no, tampoco estoy muy seguro), a mis preguntas, aunque hay momentos en los que pienso, que igual es posible, por esas cosas misteriosas que tiene la vida (ayudada un poco por la buena suerte), que me sorprenda, regalándome la estimulante claridad de un día de sol espléndido, que me ilumine con la fuerza de un potente reflector, para que en ese preciso y único instante, consiga con una sola respuesta que todas mis dudas se aclaren, sin que el sabor amargo del fracaso sea lo único que me acompañe al otro barrio, viaje que no tengo ninguna prisa en realizar, dicho sea de paso.
Y una vez que todo, desde el día en que nací, y hasta el momento presente, tenga sentido, espero que se cierre el círculo, después de haber realizado un recorrido agotador, alimentado por miles y miles de vueltas, hasta que por fin el punto de partida y la línea de meta se unan, en un solo inicio, para comenzar otra vez a caminar, pero dibujando un círculo mayor con la motivación de disfrutar de un recorrido diferente, que al mismo tiempo, me permita saborear un nuevo paisaje, y eso signifique una poderosa energía que me estimule para seguir hacia adelante.
Fran Laviada