Nos dijeron que éramos pobres porque eramos los que sembraban maíz y no los que lo compraban.
Nos dijeron que éramos pobres porque andábamos con los pies descalzos y no usábamos zapatos.
Nos dijeron que éramos pobres porque seguíamos el movimiento del sol para hacer nuestro día y tomábamos agua de los nacimientos, decían que nos faltaba la electricidad y el agua embotellada.
Nos dijeron que éramos pobres porque comíamos envueltos de mazorca y no caviar.
Nos dijeron que éramos pobres porque tejiamos y bordabamos nuestra ropa y no los que la compraban a las grandes marcas.
Nos mintieron... y les creímos.
Y nos salimos del campo, compramos maíz, compramos tortillas y ropa homogénea, nos compramos televisores y dejamos de contemplar los amaneceres y atardeceres del campo, nos encerramos en edificios en vez de correr por los senderos del bosque, empezamos a tomar agua con cloro y dejamos que se secaran los nacimientos y destruyeran nuestras más bellas montañas...
Nos mintieron, pero hemos despertado, ahora sabemos que los pobres son otros.