Nerviosa, asustada y algo emocionada.
El volver a verte hizo que mi cabeza explotara, mi corazón derrapara y mis manos sudaran.
No quería volver a lo mismo de siempre.
Volver a los nervios.
A las risas flojas.
A desearte.
A quererte.
Volver a ser la tonta de siempre..
Estaba rehabilitada, de verdad que lo estaba, pero llegas con tu sonrisa inocente y tu mirada intensa, llena de fuegos artificiales, esos tan mágicos y tan difíciles de olvidar.
Verte es recordar.
Recordar caer por un precipicio cada vez que me tocabas y me susurrabas lo increíble que era.
Y eso duele, no te imaginas cuánto.
El saber que por mucho que te haya entregado mi alma, que se haya fusionado con la tuya, nunca seré esa chica para ti, esa que se te meta bajo la piel.
Que aunque pase tiempo, personas o lugares, sea ella en quien piensas, esa persona que siempre está ahí, esa que te confunde y hace que pienses que estás loco.
Esa que digas: “ joder, eres eso que hace vibrar mi cuerpo.”