¡Después de mucho caminar, hasta el mejor calzado se desgasta!
Muchos viven sin darse cuenta de que la existencia humana tiene fecha de caducidad. Están demasiado preocupados, y ocupados, en construir su edificio vital, con la mayor solidez posible, y lo que en verdad les interesa, es que la construcción resista el paso de los años, sin atender lo más mínimo a cómo está distribuido el espacio interior de la edificación, y lo dejan vacío, o peor aún, lo llenan de objetos inútiles que únicamente sirven para estorbar .
Más tarde, cuando el vendaval del tiempo va irremisiblemente ejecutando su meticulosa labor de erosión hasta arrasar con todo, se dan cuenta, solo en ese momento, que han tenido una vida completamente hueca.
¡Darle sentido a la vida, es un objetivo prioritario para cualquier ser humano!
Fran Laviada