= III =
Un caso sin resolver
El asunto que le atormentaba, era el cadáver que se había encontrado hacía ya casi diez años en una de las calles más transitadas de la ciudad, metido en un contenedor de basura, pero troceado (convertido en una especie de siniestro puzzle fabricado con piezas de carne humana). La cabeza en el interior de una bolsa de plástico y el resto desparramado, las orejas picadas como carne de hamburguesa, los brazos, por un lado, las piernas por otro, y de los ojos y otras partes relacionadas con los órganos genitales, mejor no decir nada .
En definitiva, algo en verdad espeluznante, sobre todo para el pobre empleado del servicio de limpieza que encontró el cuerpo, o más bien, lo que quedaba de él, y al que casi le dio un infarto cuando descubrió tan macabro crimen. De tal forma que el hombre, ya entrado en años y próximo al retiro, fue jubilado antes de tiempo, debido a que se quedó un poco tocado del ala después del macabro hallazgo.
El cuerpo despedazado, correspondía a una chica de unos veinte años. Pero a pesar de la intensa investigación realizada y el gran número de agentes que fueron destinados al caso bajo la dirección del Inspector Flannagan (por supuesto), no se pudo encontrar la más mínima prueba, ni del asesino, ni tan siquiera identificar a la víctima. Era un absoluto misterio, nada de nada.
Continuará...
Fran Laviada
Esta historia se encuentra incluida en el libro “Liliputiense Negro” (Colección Trayecto Breve N.º 1). Puedes descubrir aquí más información sobre su contenido.