Segunda parte:
Una rápida y eficaz solución
No diré cómo pasé a mejor vida (nunca mejor dicho), porque al no tener experiencia en eso de asesinar (aunque la víctima fuera yo), hice un trabajo un poco chapucero y dejé todo el baño lleno de sangre. Y alguna que otra víscera desparramada (lo sentí por la señora de la limpieza que trabajaba para mí, espero que me haya perdonado) .No sé cuánto tiempo pasó; desconocía por completo el mecanismo de morir y volver a nacer, pero en mi caso fue bastante rápido. Se ve que el servicio de reencarnaciones andaba flojo de peticiones en aquellos momentos.
Ahora por fin soy feliz. Llevo una vida tranquila, tengo lo suficiente para vivir y estoy con quien quiero estar. Trabajo en un hotel de cinco estrellas, y aunque tan solo soy el Portero (por no decir, el chico de los recados), disfruto mucho con lo que hago. Tengo unos buenos compañeros y me siento muy valorado, aunque mi categoría laboral no sea de un excesivo nivel. Casualmente, en mi anterior vida, también trabajaba, en el mismo hotel, pero como director.
La vida tiene cosas extrañas, que la razón no entiende.
¿Fantasía, realidad?
¡Vaya usted a saber!
Continuará...
Fran Laviada
Esta historia se encuentra incluida en el libro “Liliputiense Negro”. Puedes descubrir aquí más información sobre su contenido.