1. 
   

   Establecer una Hora de Inicio:

   
   
   
   
   • Fijar una hora específica para comenzar el día establece una rutina sólida.
   
   
   • Esta práctica no solo brinda estructura sino que también ayuda a mantener la consistencia en el rendimiento laboral.
   
   
   
   


2. 
   

   Planificar y Priorizar con la Matriz de Eisenhower:

   
   
   
   
   • La planificación implica evaluar tareas según su importancia y urgencia.
   
   
   • La matriz de Eisenhower categoriza actividades en cuatro cuadrantes, priorizando lo importante sobre lo urgente.
   
   
   
   


3. 
   

   Gestión Eficiente de Correos Electrónicos:

   
   
   
   
   • Establecer momentos específicos para revisar correos evita distracciones constantes.
   
   
   • Utilizar carpetas o etiquetas para organizar mensajes facilita la respuesta rápida y la localización de información clave.
   
   
   
   


4. 
   

   Adoptar Bloques de Trabajo de 45-60 Minutos:

   
   
   
   
   • Segmentar el día en bloques de tiempo permite sumergirse completamente en tareas.
   
   
   • Enfoque intenso durante estos períodos mejora la calidad del trabajo, evitando la dispersión.
   
   
   
   


5. 
   

   Descansos Cortos para Revitalizar la Mente:

   
   
   
   
   • Programar pausas cortas entre bloques de trabajo previene la fatiga mental.
   
   
   • Durante los descansos, realizar actividades como estiramientos o respiración profunda ayuda a recargar la concentración.
   
   
   
   

EXTRA: 

• Una vez a la semana: A modo de "chequeo", revisar si han quedado tareas pendientes y realizarlas.

Integrar estas estrategias en la rutina matutina establece una base sólida para un día laboral productivo. La combinación de organización meticulosa y prácticas que cuidan la salud mental garantiza una jornada equilibrada y eficiente.