Cracovia (Polonia) 10-4-2009
La policía me buscó por toda la ciudad y a pesar del enorme dispositivo humano y de medios desplegados para capturarme, les fue imposible conseguirlo. Y no por mi habilidad para escabullirme, simplemente, porque nunca estuve allí, por el sencillo hecho de que no existo.
Esto no tiene nada de extraño y aunque es muy probable que el asunto sea incomprensible para cualquier mortal de mediana inteligencia, es lo único que puedo decir .Otra cosa es que me crean, aunque quizás, la realidad es que tan solo soy fruto de mis sueños, a veces convertidos en pesadillas. Vaya usted a saber…
Sesenta y cinco años antes…
El día 10 de abril de 1944, un fugitivo (de carne y hueso), llamado Rudolf Rudi Vrba, que en aquellos momentos tenía veinte años. Se escapó del terrible campo de concentración de Auschwitz, situado a unos setenta kilómetros de la ciudad polaca de Cracovia. Aunque más de un millón de prisioneros, no tuvieron la misma fortuna que Rudi (fallecido en el año 2006) y murieron en el mencionado campo.
Y el final de la historia fue…
La Historia, nunca tiene final para descubrir la verdad, hacer justicia y poner a los asesinos en el lugar que les corresponde. En nuestro relato, jugamos con la ficción. Pero en realidad, hubo muchos que, como Rudi Vrba, se fugaron del lugar en el que estaban encerrados. Unos pocos lo consiguieron como él, otros muchos murieron en el intento, pero millones de ellos se quedaron prisioneros para siempre en los Campos Nazis de la muerte. Y acabaron sus días en las terribles Cámaras de Gas, que fueron, sin lugar a dudas, el símbolo más cruel del Genocidio Judío ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial.
¡Y esto sí fue verdad!, a pesar de que siempre hay algunos impresentables que lo siguen negando. Sin duda, individuos desposeídos de toda decencia y nula capacidad para la compasión. Y a los que las tenebrosas fuerzas del mal les han arrancado el alma de cuajo para sumergirlos en el lugar más profundo de la vileza humana.
En un mundo de fugitivos, el que transita el justo camino, parece huir (John Milton)
Fran Laviada
Esta historia está incluida en el libro “Liliputiense Negro”. Puedes descubrir aquí más información sobre su contenido.
