- Un hombre invita a una cena romántica a su pareja. La comida resulta exquisita y todo va bien, pero cuando están tomando el postre, ella de repente le dice que lo va a dejar, porque no lo soporta .Su novio no se inmuta al escucharla, eso sí, le dice a ella, que, en ese caso, el importe de la cena tienen que pagarlo entre los dos.
- Un joven se pone a realizar malabarismos con tres pelotas, pero al final y sin una explicación coherente, acaba aterrizando en el suelo, golpeándose en la cara y teniendo que ponerse hielo. La magnitud de las lesiones se vio agravada porque las bolas que eran de acero cayeron una detrás de otra en la cabeza del zopenco, aprendiz ejecutante de los juegos malabares.
¡Qué bien le habría venido al muchacho hacer malabarismo con casco!
- Un matrimonio muy bien avenido y con cincuenta años de matrimonio a sus espaldas, intenta hacer un puzzle juntos, pero al final acaban discutiendo y, fruto de la pelea, llevan ya una semana sin hablarse. Y todo por una diminuta pieza del rompecabezas mal colocada. ¡Y menos mal que el asunto no fue a más! ¡Menuda tontería si medio siglo de casamiento se hubiese ido a tomar viento por una tontería de juego!
Fran Laviada