- No hay mejor medicina que la risa, pero si te ríes en exceso quizá al día siguiente te dolerá la barriga, pero si nada te hace gracia, igual necesitas ir al psicólogo.
- A palabras necias, oídos abiertos, pero a palabras más necias, tapones en los oídos, excepto si están llenos de cera, en ese caso no hacen falta.
- Dicen que la belleza está en el interior, pero el dinero está en la cartera, y para algunos demasiado egoístas, sin dinero no hay belleza.
- Al mal tiempo, mejor quedarse en casa viendo una buena serie, pero quedarse para ver tertulias políticas de ADN retrógrado, no es una buena opción, aunque en la calle esté granizando.
- Quien tiene boca se equivoca, y mejor no abrirla si hay moscas cerca, y si el que la abre es un ignorante activo, entonces es obligatorio cerrarla.
- No hay mal que por bien no venga, a menos que el mal sea un insoportable dolor de muelas o un zumbado hablando por la tele repitiendo eso de: ¡Los que quieren romper España!
- El que mucho corre, se queda sin aire, sobre todo si lo hace debajo del agua. El que mucho piensa, más dudas tiene y el que no piensa demasiado, a veces es feliz.
- Más vale tarde que nunca, pero si llegas tarde a un examen o a una cita a ciegas, mejor ni te presentes .Por desgracia, la virtud de la puntualidad no está al alcance de todo el mundo.
- La curiosidad mató al gato, pero al menos el gato murió sabiendo algo nuevo y lo mejor de todo para el minino, es que todavía le quedaban otras seis vidas, algo que por desgracia no le pasó a su dueña doña Enriqueta que murió del disgusto que le produjo la muerte de su querido animalito.
Fran Laviada
