París (Francia) 4-12-2007
El atraco salió perfecto y el botín fue cuantioso, además la satisfacción era mayor aún, ya que habíamos dejado en el más espantoso de los ridículos, al banco más poderoso del país, y a su sofisticado sistema de seguridad, del que presumían que era insuperable. Y lo más simpático del asunto, es que entramos en el banco disfrazados de monjas.
Llegó el día de repartir las ganancias, y yo como jefe de la banda, iba a encargarme de ello .
Para finalizar este pequeño relato, he de decir, que yo era el antiguo director del banco, de ahí que conociese a la perfección todos los mecanismos de funcionamiento del complejo sistema de seguridad, y, por lo tanto, me resultó muy fácil de burlar. Y en cuanto a quedarme con todo, hay que tener en cuenta, que sigo teniendo mis prioridades, y antes que tener mentalidad de ladrón, la tengo de banquero.
Un año después…
El día 4 de diciembre de 2008, unos atracadores armados, asaltaron la famosa joyería parisina Harry Winston situada en el centro de la capital francesa. El botín obtenido en joyas, estaba valorado en ochenta y cinco millones de euros.
Y el final de la historia fue…
Las investigaciones policiales establecieron que podía existir una relación entre los dos robos, el del banco y el de la joyería. Ya que en ambos casos y unos días después de cada golpe, aparecieron cadáveres sin identificar, que podían pertenecer a los atracadores, puesto que se sospechaba que todos habían sido asesinados con la misma pistola, y ejecutados de la misma forma con un certero disparo en la cabeza.
De todo ello, los investigadores, llegaron a la conclusión de que el jefe de la banda, era tan egoísta, que al final se quedó con todo el botín, es decir, con el dinero y con las joyas.
Golpes perfectos, y negocios redondos.
¿Verdad? ¿Mentira? ¿Quién lo sabe?
La avaricia es la más desinteresada de las pasiones, ya que exige una abnegación a veces de magnitud heroica (Francisco Ayala)
Fran Laviada