Pretoria (Sudáfrica) 14-2-2007
Nunca llegué a imaginar, ni en la peor de mis pesadillas, que aquel hombre todavía joven, licenciado en derecho, muy inteligente y que tanto había hecho por nuestro pueblo, hubiera cometido aquella salvajada. Una persona que era admirada, respetada e incluso se podría decir, que muy querida por todos los vecinos .Resultaba increíble que ahora estuviera entre rejas, después de haberle dado a su mujer una paliza brutal, que casi acaba con su vida, y que según las investigaciones realizadas por la policía, tuvo su origen en una presunta infidelidad.
Todavía estoy sorprendido, más bien anonadado, por el trágico acontecimiento, y no paro de pensar tratando de llegar a comprender, que alguien que solucionaba todos los problemas dialogando e insistiendo en que la violencia era lo último, hubiera sido capaz de cometer una acción tan cobarde.
Seis años después…
El día 14 de febrero de 2013, el atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius, famoso por correr con dos prótesis transtibiales de fibra de carbono, fue acusado de asesinar en la ciudad sudafricana de Pretoria a su novia. Realizó cuatro disparos sobre la víctima, tras golpearla repetidamente en la cabeza con un stick de cricket, aunque manifestó en su defensa, que la había confundido con un ladrón que entró en su domicilio.
En 2015 fue condenado a un mínimo de quince años de prisión.
Y el final de la historia fue…
El cobarde maltratador acabó con sus huesos en la cárcel, como no podía ser de otra forma, para cumplir varios años de condena. Y por esas coincidencias de la vida, hay fuentes, al parecer, bastante bien informadas, que aseguran que se encuentra encerrado en la misma prisión que el atleta paralímpico.
¿Será cierto eso que dice, que Dios los cría y ellos se juntan?
¿Verdad? ¿Mentira? ¿Quién lo sabe?
Aunque tu mujer haya cometido cien faltas no la golpees ni con una flor (Proverbio Indio)
Fran Laviada