Los ejemplos positivos
22 Ene, 2024
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“No vale eso de decir, haz lo que yo te digo y no lo que yo hago, ya que desde el punto de vista psicológico no resulta muy efectivo”. 


No es necesario para triunfar como entrenador de fútbol haber sido antes un futbolista destacado o tan solo aficionado, y por fortuna tenemos muchísimos ejemplos de entrenadores que no pasaron de categoría juvenil en su época de jugadores, y en la actualidad son cotizados técnicos de primera división en la liga española e incluso en la de otros países.


Sin embargo, lo que sí es importante, yo diría que imprescindible, es que para ser entrenador hay que ser antes deportista en toda la extensión de la palabra y cuando me refiero a deportista, no estoy hablando dentro del campo profesional, vale con ser un aficionado normal, al que le guste hacer deporte, practicar algo de ejercicio y en definitiva ser una persona que se mantenga mínimamente en forma y en un estado de vida saludable.


Lo aquí indicado está sobre todo dirigido a los entrenadores jóvenes, a los técnicos principiantes que empiezan su actividad futbolística en los banquillos de cualquier equipo  de categorías de base y queremos recordarles a todos ellos lo importante que es “dar ejemplo” a sus jugadores, en especial a niños, adolescentes y jóvenes, que buscan muchas veces en su entrenador un espejo en el que mirarse sobre todo en determinadas cuestiones tanto a nivel personal como en actitudes y hábitos deportivos que tienden a imitar.


Si un entrenador es joven, lo lógico es que su apariencia física y su estado de forma sean los correctos en relación con su edad, salvo que la persona en cuestión tenga condicionantes de diverso tipo que limiten su capacidad de movimiento, enfermedades, lesiones o cualquier otro problema que le impida como practicante realizar actividades deportivas o cualquier tipo de ejercicio físico, eso no quiere decir que esto les incapacite totalmente para ejercer como entrenadores o técnicos en diferentes disciplinas deportivas.


Aquí queremos referirnos de manera prioritaria a aquellas personas que están perfectamente sanas y no tienen ningún impedimento físico, que quieren ser entrenadores o ya ejercen como tales y que siendo jóvenes no cuidan su condición y aspecto físico cuando en este apartado deberían ser un ejemplo para los jugadores que dirigen.


¿Cómo le dices a un niño que corra si a ti no te ve hacerlo nunca?


¿Cómo le dices a un chico que debe de comer menos porque está alto de peso cuando a ti te sobran 10 o 12 kilos y no cuidas para nada tu alimentación?


¿Cómo le puedes pedir a tus jugadores que se esfuercen y se muevan continuamente durante un partido cuando tú eres el ejemplo personificado del sedentarismo más radical, pues te pasas los entrenamientos casi sin moverte o incluso viéndolos sentado desde el banquillo?


Si eres entrenador de base donde los medios suelen escasear, por lo menos si lo comparamos con los equipos profesionales, tendrás que desempeñar diferentes funciones dentro de la preparación de tu equipo. No eres el entrenador de un club profesional de élite, que tiene tres o cuatro preparadores físicos a su disposición. 


En el equipo que entrenas, el preparador físico eres tú, algunas veces tendrás que correr con tus chicos, otras veces hará falta enseñarles determinado ejercicio físico y habrás de realizarlo primero a modo de ejemplo para que tus pupilos vean como se hace y si no estás mínimamente en forma, en algunas ocasiones no podrás hacer ni tan siquiera la repetición del ejemplo y en otras ocasiones, por realizar un esfuerzo al que no estás acostumbrado correrás el riesgo de lesionarte, y lo menos malo que te puede suceder es que al día siguiente te encuentres con las agujetas propias del que no está acostumbrado a realizar ni la más pequeña actividad física.


No cabe duda que la imagen de un entrenador gana en respeto por parte de sus jugadores cuando ven que su técnico está en forma, es deportista y hace ejercicio, por supuesto que no es suficiente con eso, el entrenador ha de tener otras muchas cualidades para ganarse la consideración de la plantilla, pero lo anteriormente dicho ayuda y no es lo mismo dar una imagen en consonancia con la profesión o actividad que uno desempeña dentro del deporte, que dar otra completamente contraria a lo que este representa , cuando alguien ejerce como técnico (de cualquier disciplina) y presenta un aspecto bastante descuidado sobre todo en cuanto a exceso de peso, que además de perjudicial para su salud, por muy preparado que esté en lo que a conocimientos se refiere, hacen que, en su caso, la teoría y la práctica vayan por caminos totalmente divergentes.


Ejemplos:


¿Qué imagen da un médico que fuma delante de sus pacientes?


¿Qué pensarías si tu profesor de autoescuela se salta los semáforos en rojo?


¿Te fiarías de un nutricionista cuando vas a su consulta para que te ponga a dieta para adelgazar y ves que se trata de una persona obesa?


¿Si vas a realizar un tratamiento para evitar la caída del cabello y ves que el supuesto especialista está completamente calvo, que pensarías? 


Paco Arias


Entrenador Nacional

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