Jugar al fútbol no es excesivamente complicado, cualquiera puede pegarle patadas a un balón, lo difícil es jugar bien y eso es evidente que no todos saben hacerlo. Sin embargo, es posible mejorar la técnica y la forma de emplearse en el terreno de juego para sacarle el máximo provecho posible a las cualidades propias, si se realiza una práctica de forma continuada, buscando en todo momento aprender y mejorar.
Para empezar sería importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
1- Hay que recordar siempre que el fútbol es un deporte de equipo en el que se realiza un trabajo en conjunto .Este concepto hay que tenerlo en todo momento muy claro y mantenerlo permanentemente en la cabeza. Cuando se juega al fútbol no se hace para obtener un provecho a nivel individual. Se trabaja para el equipo y lo que se ha de buscar siempre es el beneficio del grupo por encima de las individualidades.
2- Para economizar energía durante un partido hay que procurar que se mueva el balón más que el cuerpo. Si se empieza corriendo de forma alocada, sin sentido y sin saber dosificarse, el futbolista acabará agotado en pocos minutos y no podrá aguantar el tiempo completo que dura un partido. Hay una frase muy conocida en el fútbol que dice que el balón nunca se cansa, pues bien, esto hay que saber aplicarlo en todo momento. Que se mueva el balón y no el jugador. Aunque eso no quiere decir que el futbolista ejerza de estatua.
3- Hay que saber presionar al rival y no dejar que reciba el balón con facilidad. Si se está encima de él, será más probable que cometa un error al recibir el esférico, pero si uno se mantiene alejado del contrario dejará que lo reciba con comodidad. Como decía Johan Cruyff, todo el mundo sabe jugar a fútbol si le dejas cinco metros de espacio.
4- Se debe procurar siempre adelantarse a los movimientos del contrario. Realizar la anticipación cuando se vea que el balón está viniendo hacia donde uno está y tratar de llegar antes que el rival. Para esta acción es muy importante emplearse con la rapidez necesaria.
5- Al contrario, siempre hay que procurar sorprenderlo, por lo tanto, se ha de intentar realizar movimientos que no sean muy obvios para que el oponente no adivine lo que se va a hacer. Procurar, utilizar para sorprender, el cambio de ritmo, por ejemplo moverse rápido y de repente detenerse cuando el rival se vaya acercando a uno para que cuando menos se lo espere, volver a moverse rápidamente y pillarlo desprevenido.
6- Si un jugador tiene el balón en su poder y está jugando por el centro del campo durante un partido y ve que en esa zona se acumulan muchos jugadores (del propio equipo o contrarios), debe de procurar mandar el balón a las bandas, a los compañeros que jueguen en ese espacio y desde ahí puedan centrar sobre el área contraria para que los delanteros del propio equipo intenten el remate sobre la portería del equipo rival.
7- Como ya se vio al principio, el fútbol es un deporte colectivo, no se debe intentar siempre hacer jugadas individuales cuando hay mejores opciones, siempre que se pueda hay que apoyarse en los compañeros, utilizar el pase, buscar paredes, realizar triangulaciones, recordando que en fútbol existe una norma muy clara que dice: El regate es inútil cuando el pase es posible.
8- Lo dicho anteriormente no quiere decir que nunca se realicen jugadas de forma individual, eso también se debe intentar sin miedo, con confianza y con seguridad, sobre todo si el futbolista tiene unas condiciones técnicas que se lo permitan, pero siempre buscando el beneficio del equipo y no el lucimiento personal, y sabiendo en todo momento cuáles son las situaciones apropiadas para realizar las jugadas durante el desarrollo de un partido.
9- Hay que procurar orientarse bien en el campo durante los partidos, sabiendo la posición que se ocupa y la que ocupan tanto los compañeros como los contrarios. Hay que tener una visión correcta del terreno de juego y recordar siempre que no solo se interviene en el partido cuando uno tiene el balón, también se ha de jugar cuando no se tiene, que es lo más difícil, y siempre, levantar la cabeza, ya que cualquiera que pretenda ser un buen futbolista no puede jugar de forma permanente mirando solo para el balón.
10- Los partidos duran hasta que el árbitro pite el final, así pues, hay que mantenerse atento en todo momento, no relajarse ni estar excesivamente confiado cuando nuestro equipo vaya ganando, sobre todo si es por una corta ventaja, ya que en cualquier momento el contrario puede marcar un gol.
11- Hay que intentar emplearse siempre a fondo en los partidos. No rendirse nunca, ni desmoralizarse si algo sale mal. Hay que mostrarse siempre combativo, y además hay que procurar animar y ayudar a los compañeros y nunca reñir con ellos. Saber atacar y saber defender cuando el desarrollo del juego lo requiera y mantener siempre una mentalidad positiva durante todo el encuentro. Los entrenadores siempre valorarán enormemente esas actitudes.
12- Hay que procurar en todo momento jugar limpio, pero tener cuidado con aquellos contrarios que no lo hagan, pues el riesgo de que uno se lesione es mayor, y hay que prestar mucha atención para no caer nunca en la trampa de entrar en el juego sucio que pueda emplear un rival cometiendo el error de responder de la misma forma.
Paco Arias
Entrenador Nacional