La fiesta en la casa de Mónica se encontraba en pleno apogeo. La música sonaba muy fuerte, las risas exageradas se oían por todas partes y la gente se movía de un lado a otro de manera frenética.
Desde la perspectiva de Mónica, la fiesta, su fiesta, era un éxito .Había preparado todo con gran esmero, desde la decoración con gran cantidad de adornos hasta la comida y bebida en cantidades desmesuradas, como se suele decir, daría para dar de comer y beber a todo un regimiento. Veía a sus amigos pasarlo muy bien, disfrutando a tope y eso la hacía sentirse enormemente feliz y se felicitaba por haber conseguido reunir en su hogar a sus más queridas amistades.
Pero desde el punto de vista de su vecino Daniel, la fiesta era una verdadera molestia con un ruido insoportable y había tenido que sufrirlo durante una gran parte de la noche porque la desmadrada juerga no finalizó hasta las cuatro de la mañana. Daniel no quería problemas e Intentó ignorar lo que sucedía, pero al final su paciencia se agotó y decidió llamar a la policía para que pusieran fin al estruendoso festejo.
Para los amigos de Mónica, la reunión era, sin duda, una excelente oportunidad para divertirse y olvidar los problemas cotidianos, dando rienda suelta a los enormes deseos de todos los asistentes para pasarlo bien.
Todos disfrutaban sin límites de la música, bebían y charlaban animadamente. La atmósfera era cálida, amistosa y sobre todo muy divertida.
Sin embargo, para Quique, uno de los invitados, la fiesta era una pesadilla. Había bebido demasiado y se sentía bastante perdido. Llegó un momento en el que la gente allí reunida, ya le empezaba a resultar ruidosa y molesta, cada vez más, e incluso la música, que al principio era de lo más estimulante, ahora lo único que hacía potenciar su ansiedad. Quería irse, pero no sabía cómo hacerlo sin llamar la atención. Su objetivo era desaparecer sin más, y no despedirse de nadie, y de esa forma librarse de tener que dar explicaciones a sus amigos.
Por último, y de nuevo desde la perspectiva de Mónica al día siguiente, la fiesta había sido divertida pero excesivamente caótica. Había encontrado vasos y platos por todas partes, y también restos de comida esparcidos por el suelo. Y lo peor, es que algunos de sus muebles estaban ligeramente dañados. A pesar de ello, se sentía muy agradecida por la presencia de sus amigos, ya que eso la hacía sentirse querida y valorada por su gente, y por eso ya estaba planeando organizar otra fiesta muy pronto.
En conclusión, cada persona tiene una visión personal sobre un mismo hecho. Lo que puede parecer divertido para algunos, puede ser una molestia para otros, y viceversa. Lo que para unos es un éxito, para otros puede convertirse en algo decepcionante. Al final, la conclusión de esta historia, es que solo al considerar diferentes puntos de vista, se puede tener una visión mucho más completa y variada de la realidad.
Fran Laviada