El roce de nuestros labios.
La mezcla del aire que soltamos.
El hormigueo que siento cuando me miras, como si fuera una obra de arte, que aún no se ha descubierto.
El cerrar los ojos sintiendo tus caricias, haciendo de tus dedos pinceles y mi cuerpo un lienzo.
Los susurros que llegan a mi oído erizando mi piel, haciéndome estremecer.
Tú tan tuyo y yo tan tuya también.