Dos grupos de personas:
Las que desean el orden y están en contra de la informalidad.
Los que son informales y las calles es su gran mercado para subsistir.
Tal vez como antaño, si las fábricas y grandes empresas pregonaran, el asalariado dependería de su empleo para mantener a su familia. La realidad es que tras una crisis de salud y económica presente, la venta ambulatoria se vuelve la opción más cercana.
El consumo masivo poblacional está marcado por los que consiguen un empleo de manera formal o informal en una empresa o negocio, con ese recurso compra alimentos, ropa y se da sus gustos, por eso encontraremos diferentes opciones de comercio de comida y ropa principalmente, desde un centro comercial, a un puesto de mercado o un vendedor de a pie.
También considerar que el vendedor ambulante también se esfuerza y con lo que obtiene, si le va bien, también logra darse un merecido gusto desde un comercio informal hasta uno formal, de esta manera se cumple el ciclo económico.
Este señor heladero, tal vez infringía una orden municipal de comercio ambulatorio pero si no tiene mayores oportunidades de trabajo, que otra actividad podría desarrollar, robar?
Los fiscales municipales también están cumpliendo su labor de orden, que pasaría si no lo ejecutarán, todo se desbandaria y volvería los polvos rosados y azules al centro histórico.
Por ello debe existir un equilibrio y control dónde todos se satisfagan sin llegar a los extremos, comprender que todos necesitamos del trabajo para la subsistencia, llegar al orden europeo es muy lejano porque las realidades y culturas son distintas .
Que necesitamos?
Generar mayores oportunidades de trabajo en la construcción de carreteras, edificios, agroindustria en canales de riego, reforestación, represas, gasoductos y oleoductos, recuperar la gran industria.
Respeto por el vendedor que sale verdaderamente a ganarse un pan para la mesa de su hogar, con dignidad. Buen ánimo llegarán los días de buenos vientos.