Soy de esas personas que necesita tener siempre una caja con galletas caseras. En mi familia solo se compraban las suizas cuando íbamos de visita, y precisamente por querer disfrutarlas más a menudo aprendí a hornearlas yo misma .
Las hay finísimas y crujientes, otras más tiernas y saludables como la de avena y plátano, o incluso abizcochadas, hojaldradas o lisas, con chocolate, frutos secos, cereales o semillas, decoradas o rústicas, redondas o con formas divertidas, rellenas o glaseadas... Si aún no os habéis puesto manos a la masa, con los consejos para conseguir galletas caseras perfectas caeréis seguro en la tentación.
Si queréis hacer algo más dulce y contundente cualquiera de estas recetas, no dudéis en cubrirlas con un glaseado o una rica cobertura de chocolate.
En el número uno de este top tenían que entrar estas galletas o las siguientes, cualquier otra opción hubiera sido muy extraña. Las galletas de mantequilla son la madre de todas las galletas, a pesar de que también se pueden elaborar con otras grasas o con ausencia total de ellas. Hay galletas de aceite exquisitas, otros las prefieren con manteca o con mantequilla de cacahuete, y pueden quedar muy ricas solo con huevo... pero no hay nada como el delicioso sabor y la textura de unas buenas galletas de mantequilla.
Para que salgan ricas de verdad es imprescindible invertir en una buena mantequilla de calidad, y yo recomendaría no hacerlas demasiado dulces. La receta más básica nos sirve como base para decorarlas, para rellenarlas o para añadir otros ingredientes, como chips de chocolate, coco o almendras. También podemos jugar con la forma para dar con texturas distintas, dejándola enfriar varias horas o formando directamente bolitas más o menos chafadas.
Batimos la mantequilla y el azúcar con unas varillas eléctricas. Añadimos la esencia de vainilla y el huevo, batiendo hasta integrar ambos. Añadimos la harina, poco a poco, primero con batidora y luego a mano sobre una superficie limpia. Estiramos sobre una lámina de papel sulfurizado o de horno dejando 1/2 cm de grosor.
Dejamos reposar en la nevera durante un mínimo de 30 minutos, mejor algo más de tiempo. Cortamos las galletas con un cortapastas, las pasamos a una bandeja cubierta con papel vegetal y las refrigeramos otros 30 minutos.
Precalentamos el horno a 180º C con calor arriba y abajo sin aire. Horneamos las galletas unos 10-12 minutos, o hasta que comiencen a dorarse. Transferimos las galletas a una rejilla metálica donde dejamos que se enfríen antes de consumir o decorar.
Era inevitable encontrar las galletas de chocolate en segundo lugar. El cacao es un sabor clásico de multitud de postres y también enriquece a muchas masas de galletas, de nuevo bajo innumerables formas distintas.
Nosotros nos quedamos con esta receta de la infalible Nigella Lawson porque son unas galletas de chocolate facilísimas de preparar, muy ricas y perfectas para preparar con niños. En este caso se elaboran con cacao pero también podríamos añadir trocitos de chocolate a la masa, o incluso bañarlas con chocolate fundido una vez frías.
¿Sois chocoadictos declarados? Tenemos muchísimas más recetas de galletas de chocolate para que no os aburráis en casa, como las ya famosas galletas craqueladas de chocolate. Y aunque no es exactamente chocolate, las galletas de Nutella están buenísimas.
¿Cuándo empezaron a ponerse de moda las galletas de avena? Recuerdo a mi padre sufriendo siempre para encontrar un bote de copos de avena para sus meriendas -antes de que el porridge y las gachas fueran tendencia-, y ahora es un ingrediente básico de cualquier supermercado. Sea como sea, son otro clásico de la repostería europea y americana, de nuevo bajo muchas formas diferentes.
A mí me gustan mucho las "clásicas" galletas de avena y pasas, que a pesar de ser nutritivas no hay que olvidar que siguen siendo un dulce para tomar ocasionalmente. Son facilísimas, no hay que complicarse con la forma y permiten sustituir las pasas por chocolate u otra fruta o como en estas otras galletas de avena en microondas.
Podéis dar más variedad a vuestro recetario con muchas más recetas que tienen copos de avena de base; las hay tiernas o menos dulces.