Todo el mundo tenemos un lugar seguro y siempre habrá alguna persona que te escuchara y no te juzgará. Pero, cuando todo empieza a trascender, cuando el mundo se vuelve mudo y calla, empiezas a crear tu propia burbuja, burbuja que te consume poco a poco.
Sin embargo, empieza a aparecer tu propio enemigo, tu mente, no te deja dormir, no descansas, todo se vuelve en insomnio y en un momento dado te ves revuelto con un montón de preguntas y ninguna respuesta.
Te replanteas, ¿cómo empecé a sentirme así? ¿desde cuándo me veo insuficiente? pero, por más que navegas no das con la orilla
Dentro de tí, empieza a florecer un monstruo, un monstruo que te atormenta por las noches y siempre viene a visitarte y con el tiempo empiezas a aprender a vivir con ello.
En esos momentos, te sientes apresado por tu presa, no te deja salir ni comunicarte, miras el horizonte y no te reconoces y te das cuenta que perdiste lo más valioso que puede tener una persona, su esencia.