Yo
como Atenea
fui estratega;
sonreí poniendo mis ojos menos sinceros;
sirviendo de nada porque
ellos son mi espejo.
Mi corazón aletea,
como si guardara dentro un avispero.
Mi camino no entiende de suerte
solo de pero's.
Pero,
cuando vi su mirada
me le rendí sin duda al suelo.
Y qué suerte que le tengo.
Pero eso no fue suerte, fue una más inusual,
es la lotería a la que espera que le toque
el mundo entero.
He conocido al espanto más siniestro,
al tembleque frente al miedo
y al miedo por no saber lo que quiero.
He querido abandonar tantas veces
que ya no me creo
porque siempre he seguido.
A mí es seguro que me tengo.
Me recreo en las cosas pequeñas de la vida
y me enamoro cada día de la misma persona que cobijo y me cobija.
Amor real, amor recíproco,
yo no entiendo de otra medida.
He vivido con las ganas de huir y llorar
y no he hecho ni la mitad
de lo que he sentido con mi ira.
Miraba hacia delante y no veía sentido
pero deseaba tenerlo. Y ya lo siento .
O se barre a la mierda o es ella quien te quita.
A mí no me quita, sigo en pie
como la llama de una velita
queriendo alzarme siempre para arriba.
Sí. He sufrido.
Pero, la vida, pese a todo, también es bonita.
Sobre todo cuando hay personas que te quieren, que están contigo en todo, que te cuidan.
Como el amigo. Como la familia.
Como ella, con su abrazo salvavidas.