La piel es el órgano más grande del cuerpo y el cuidado de esta es de vital importancia, pues con el pasar del tiempo esta empieza a tener arrugas, manchas y flacidez.
Por ello, un buen cuidado de la piel y elegir un estilo de vida saludable pueden ayudar a retrasar el envejecimiento natural y prevenir diversos problemas de la piel, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Así las cosas, para un buen cuidado se deben consumir vitaminas que ayuden con esto y una recomendación del portal PanoramaWeb es añadir Vitamina E, ya que es un antioxidante.
“Que contenga antioxidante significa que protege el tejido corporal del daño causado por sustancias llamadas radicales libres que pueden dañar células, tejidos y órganos. Además, se cree que juegan un papel en ciertas afecciones relacionadas con el envejecimiento”, señaló Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Ahora bien, la biblioteca señaló que la mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitamina E es consumiendo fuentes alimenticias y se encuentra en los siguientes alimentos:
No obstante, la vitamina E también se encuentra en suplementos, pero es importante señalar que consumir la vitamina E presente en los alimentos no es peligroso ni perjudicial, pero en forma de suplemento las dosis elevadas de vitamina E podrían aumentar el riesgo de sangrado (menor capacidad de coagulación tras un corte o una herida) y de hemorragia grave en el cerebro (derrame cerebral hemorrágico). Debido a este riesgo, el límite superior para los adultos es de 1.000 mg/día para los suplementos tanto de vitamina E natural como sintética.
Entre tanto, el consumo diario de vitamina E depende de la edad y el sexo y las recomendaciones de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) son:
Los NIH explicaron que la deficiencia de vitamina E es poco común en las personas sanas y casi siempre está relacionada con ciertas enfermedades que causan una mala absorción o digestión de las grasas como, por ejemplo, la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística y ciertas enfermedades genéticas poco frecuentes, como la abetalipoproteinemia y la ataxia con deficiencia de vitamina E.
Así las cosas, la deficiencia de vitamina E puede causar daños a los nervios y los músculos con pérdida de sensibilidad en los brazos y las piernas, pérdida de control del movimiento corporal, debilidad muscular y problemas de la visión .
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.